Sube tu energía y despierta tu cerebro acelera tu ritmo cardiaco. Mejora tu estado de ánimo, un estudio descubrió que exponer el cuerpo al agua fría hace que suba el glutatión y mejora los niveles de ácido úrico cuando este par se junta puede aliviar el estrés lo que te vuelve más relajada.
Cabello más sedoso y piel suave, la ducha a temperatura fría cierra los poros y el güero cabelludo lo que ayuda a prevenir la liberación de los aceites naturales que engrasan el cabello y la piel, también se sabe que los poros sellados evitan que la suciedad entre a tu piel lo que hace lucirla radiante y limpia.
Mejora tu sistema inmune, tu sistema se fortalece ya que estimula la producción de células inmunes esto ocurre cuando tu cuerpo se calienta durante y después de ducharse con agua helada tu taza metabólica sube instantáneamente lo cual activa tu sistema inmune y libera más glóbulos blancos.
Ayuda a adelgazar, el cuerpo humano tiene dos tipos de grasas; grasa blanca y grasa marrón. La grasa blanca es la que quieres perder de la cintura, la parte inferior de la espalda, el cuello y los muslos y la grasa marrón o adiposo marrón, es el tipo de grasa que necesitamos conservar en el cuerpo ayuda a mantener la temperatura cálida. Esta una vez activada puede ayudar a quemar a su contraparte.
Alivia el dolor muscular, es muy notorio en deportistas ya que después de hacer deporte suelen meterse en baños helados y relajan sus músculos.
Precauciones y seguridad antes de ducharte con agua fría, no hagas esto si estas enfermo o si tienes alguna enfermedad cardiaca. Establece la temperatura entre 12°c y 15°c, las duchas frías deben durar de 5 a 8 minutos y para hacerlo comienza con la ducha habitual y ve bajando la temperatura hasta que te acostumbres.